5 Consejos a tener muy en cuenta sobre Nutrición Infantil
1. El primer consejo que vamos a tener en cuenta para la alimentación de nuestros pequeños es la experimentación de la comida.
Nuestro enfoque va a ser que desde la más temprana edad, nuestros hijos e hijas aprendan a diferenciar los alimentos. Cuando hablamos del rango de edad de 0-3 años nos centraremos únicamente en realizar ejercicios a nivel sensorial. Es decir. nuestra niña/o tiene que recibir una información clara de los sabores. Cuando mezclamos varios tipos de alimentos en un mismo triturado, nuestra criatura recibe una avalancha de distintos sabores y estructuras químicas en una sola ingesta. Por el aspecto nutricional, esto es excelente, reciben nutrientes diversos y su salud nutricional se potencia.
En cambio, para educar su paladar, debemos aislar alimentos en circunstancias alternativas. De esta forma, ellos/as pueden a un nivel muy primario, empezar a distinguir a qué sabe cada alimento en particular: su olor, su color, etc. Se trata de que el niño empiece su relación con la comida de una forma natural. Es decir, que pueda apreciar matices que en los años venideros, marcarán sus hábitos alimenticios y su salud. Evitaremos fundamentalmente usar alimentos muy ricos en grasas, azúcar y sal en la alimentación de nuestro hijo/a puesto que estos son especialmente palatables. La potencia de estímulo de una patata frita con sal frente a la de una lubina a la plancha es muy inferior. Esto es lo que hace que en el futuro los problemas de salud nutricional aparezcan en cascada.
2. La colaboración de los peques en la preparación de la comida es fundamental para que se hagan amigos de la misma.
En la cocina, ellos deben ser uno/a más. Por supuesto, debemos tener en cuenta su edad y que constantemente un adulto supervise sus actividades. Probablemente a partir de 3-4 años puedan empezar a ser útiles pinches disfrutando de ayudar en la cocina. Hay numerosos objetos peligrosos en una cocina, pero siempre podemos encargarles tareas sencillas y sin riesgo. Lavar las verduras, aliñar la ensalada, condimentar la carne o el pescado, etc. Los niños/as disfrutan infinitamente demostrando sus talentos a sus mamás y papás en la cocina.
A nivel de educación nutricional, es muy útil que se impliquen en las actividades culinarias. Se sienten unidos a la comida, a los procesos, a los utensilios, y sobre todo a sus amigos y familia. De esta forma logramos que los más peques, en un futuro, no tengan ningún rechazo a los productos elaborados en casa. Inconscientemente no se sentirán tan atraídos/as a los productos procesados, que tanto daño nos hacen a todos. A nivel social también es importantísimo para ellos y les hace sentirse más integrados/as en el núcleo familiar.
3. La socialización de los niños en la comida es fundamental para percibir la alimentación como un proceso abierto del que disfrutar en compañía.
Todos sabemos que los horarios no siempre nos permiten disfrutar de una comida acompañados. En la medida de lo posible, tenemos que facilitar pasar rato comiendo con nuestros hijos/as ya que esto será muy importante para el proceso de imitación en la alimentación. En otras circunstancias, quizás sea bueno que el niño/a comparta espacio comiendo con sus iguales. Comer con parientes de su misma edad, sea en casa o en el cole, facilita que el niño/a se implique fuertemente con el vínculo social que la comida debe tener para ellos.
Este tipo de acciones, ayuda a la mejor asimilación psicológica del concepto de alimentación a tempranas edades. Esto nos lleva a la prevención de futuros trastornos del comportamiento alimentario que pueden evitarse o verse venir con más claridad.
4. Una de las cosas que tenemos que evitar a toda costa es usar la comida como arma.
Aquello de “te quedas castigado sin postre” o “si te portas bien te doy una galleta”. Pese a que a veces no sabemos que hacer para que nuestros pequeños coman correctamente, usar los chantajes, premios y castigos con la comida, no es buena idea. Por el contrario, como decíamos más arriba si es importante que aprendan a distinguir los grupos de alimentos, pero sin polarizarlos. El pescado o las verduras no tienen que ser el castigo de no haberse portado bien, o la pizza el premio por haber sacado buenas notas. La alimentación es un pilar fundamental en la salud y desarrollo de nuestro hijo/a. ¿No jugaríamos con dejarle sin ir al médico o privarle de usar el servicio si se porta mal, verdad? Esa es la idea, tomar conciencia de que la nutrición es la base de su salud.
5. Otro aspecto que acostumbramos a descuidar con los niños es no poner límites, algunas veces.
La hora de la comida debe ser algo que el niño conoce y respeta. Aquello de tener disciplina y estructura en una dieta equilibrada, no es solo para nosotros, también para ellos. Aunque no queremos que se convierta en algo militar, respetar los horarios para comer es importante. De la misma manera, intentaremos que las ingestas no se demoren más de 30-45 minutos. Lo más conveniente es que, sin prisa, pero sin pausa, el niño disfrute de la comida pero que sepa que no puede jugar con ella y tirarse todo el día con el plato delante. De forma relajada pero disciplinada debemos hacer saber a nuestros peques, que no tienen todo el día para comer.
Conclusión
Nuestros pequeños/as deben disfrutar comiendo, saborear y experimentar la comida. En la cocina ellos y ellas son uno más y deben participar y verse implicados en la comida que luego van a degustar. La compañía es importante para ellos y su desarrollo psicológico alimentario. Las penalizaciones alimentarias no son el mejor recurso para que nuestros peques tengan una percepción neutral sobre la nutrición y alimentación. Que los pequeños, conozcan las horas de comer y se atengan a ellos les ayuda a cultivar buenos hábitos alimentarios. Ante todo la dieta de nuestros hijos e hijas debe ser tomada en serio puesto que de ello depende su salud.
Otro artículo y guía entretenido interesante para consultar, pensando en la salud de los peques, puede ser este de la FAO: https://www.fao.org/3/am401s/am401s03.pdf
Los talleres de educación nutricional llevados a cabo por nutricionistas, son una gran herramienta para ayudar a los niños a relacionarse bien con la comida y su entorno.
Daniel Fresnillo Genafo